martes, 24 de enero de 2012

CINE DE LOS 80: "PORKY'S"


TÍTULO: PORKY'S

DIRECTOR: BOB CLARK

REPARTO: ROGER WILSON, BILL HINDMAN, JACK MULCAHY, MARK HERRIER, WYATT KNIGHT, SUSAN CLARK, KIM CATTRALL

DURACIÓN: 90 min.

AÑO: 1982

GÉNERO: COMEDIA

  • EL DR. JEKYLL DICE:

  • Desde finales de los años noventa, y durante la práctica totalidad de la década del 2000, no es extraño que se produzcan en Hollywood películas de y para adolescentes, pobladas de secuencias a cada cuál más chabacanera y vulgar, cuyo único propósito es acatar al pie de la letra la ley del aún más con el fin de que los ingresos en taquilla sean lo más altos posibles. Así pues, desde el estreno de "American pie - American pie, 1999" y sus secuelas, o parodias fílmicas como la serie de "Scary movie", la lista de películas dirigidas al público adolescente adicto al aroma de las feromonas ha sido casi tan interminable como rematadamente mala la calidad de dichas cintas. Sin embargo, nada de esto resulta nuevo ya que, a principio de los años ochenta, un pequeño film sin demasiadas pretensiones llamado "Porky's" se coronaba como uno de los cinco mayores éxitos del año, siendo sólo superado por otros largometrajes mucho más ambiciosos como "E.T., el extraterrestre - E.T. The extraterrestrial, 1982" o la tercera entrega de las aventuras de "Rocky". ¿El motivo? Contar una historia centrada en la vida de un grupo de amigos de instituto obsesionados con el sexo, perder la virginidad y no dejar que nadie les tome el pelo.


    Pee Wee (Monahan), Billy (Herrier), Tommy (Knight) y Mickey (Wilson) son amigos del instituto de Playa Ángel, en el estado de Florida. La mayor preocupación de los chicos es poder perder su virginidad antes de que finalice el curso, por lo que deciden acudir al prostíbulo de una localidad vecina llamado Porky's para conseguirlo. Sin embargo, cuando las cosas no salgan como tenían pensado, deberán hacer frente tanto a los que controlan dicho local, como a una serie de aventuras en su propia ciudad en los que el sexo jugará un papel fundamental.


    Tratar de analizar en mayor profundidad una película como "Porky's" es una pérdida de tiempo. El film en cuestión se limita a ser un simpático pero fallido intento por llamar la atención a base de supuestas gracias basadas en la ordinariez y la vulgaridad. Cierto es que algunas secuencias tienen su gracia (por ejemplo, lo que le sucede a uno de los protagonistas en el agujero de las duchas de las chicas cuando es sorprendido por la poco agraciada profesora de gimnasia) aunque, por desgracia, el resto se pierde entre vagos intentos de resultar desesperadamente graciosa.


    La interpretaciones también le van a la zaga a este respecto. Ni siquiera la presencia de la bella pero entonces desconocida Kim Cattrall (una de las cuatro protagonistas de la serie "Sexo en Nueva York") consigue elevar una pizca el nivel. Así pues, hay que tomar "Porky's" como lo que es: una entretenimiento pionero en el género de comedia ordinaria y baturra, que demostró que era posible hacer de una película dirigida a los jóvenes una apología de las guarrerías y del sexo indiscriminado. Desgraciadamente, con los años no ha mejorado mucho la receta aunque, a este primer intento, también cabe reconocerle el mérito de haber sido el primero.



  • MR. HYDE DICE:

  • ¡Señoras y señores, aquí tenemos el "American pie" de los ochenta! Con toda su caspa, secuencias guarrindongas y chavales de institutos más salidos que el pico de una mesa. Estoy de acuerdo con los (muchos) que piensan que hay películas ochenteras muchísimo mejores de las que hablar, pero tampoco hay que olvidar que "Porky's" es una de las más taquilleras de principios de esa década, y que hizo que un huevo de gente joven se partiera el ojete con las paridas que se les ocurren a los calentorros que pululan por esta peli. Vale que no tienen toda la gracia que puedan tener las películas de adolescentes americanos que pierden el culo por ver una teta, aunque ahora también hacen cada basura que déjalo ir.


    Creo que uno de los motivos por los que "Porky's" tuvo tanta repercusión es porque era una de las pocas veces que se hacía una peli de y para adolescentes que no tenía nada que ver con las noñerías que se habían hecho hasta entonces y que, aunque un pelín exagerada y con trozos que tienen más ciencia ficción que cualquier episodio de "La guerra de las galaxias", se distancia a saco de las otras tipo "Grease - Grease, 1978", en la que los calentorros de turno se ponen a bailar y canturrear casi sin sentido. Aquí los marranos de turno se las ingenian para tratar de mojar el churro a la mínima ocasión que tienen (eso sí, que lo consigan ya es otro cantar).


    La película, desde el punto de vista técnico, no es nada del otro mundo, por no decir que la podría haber dirigido hasta un nene de primaria. Y de las interpretaciones, mejor ni hablar. Pero claro, hablando de una película como "Porky's", ¿a quién coño le importa algo eso? Aquí lo que interesa es saber si hace que te rías o no. Y, para ser sincero, lo consigue pero menos de lo que te imaginarías. Ahora bien, también hay que reconocer que tiene dos o tres secuencias en las que te meas encima. Y, sin ánimo de quitarle interés a nadie, sólo mencionar lo siguiente: cuando un entrenador descubre por qué a la profesora de gimnasia la apodan "Lassie"; lo que le pasa a un chaval cuando se hace el gracioso espiando a las chicas en las duchas por un agujero; y lo que pasa después con la profesora gorda y marimacho que quiere justicia por la gamberrada hecha en las duchas (ésta última, hace que casi no te enteres de lo que dicen los actores porque tú también te estás descojonando).


    Por lo demás, pues "Porky's" no tiene mucho más interés. Vale que también meten de por medio problemas raciales (el enfrentamiento entre uno de los chavales que se mete con otro -experto en karate- porque es judío), familiares (ese mismo chaval buscabroncas con su padre ex-convicto), y otros más propios de los nenes en edad del pavo (todo lo que tiene que ver con el puticlub que se llama Porky's. Aparte de estas cosas, la peli no es gran cosa, aunque hay que reconocerle el puntazo de ser algo muy diferente a lo que se había visto hasta entonces.




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